
El futuro de las Zonas de Bajas Emisiones
Las Zonas de Bajas Emisiones (ZBE), implementadas para reducir la contaminación en grandes ciudades como Madrid y Barcelona, se enfrentan a una reconfiguración que podría alterar la transición a una movilidad más limpia. La última decisión del Tribunal Supremo, que pretende anular Madrid 360, abre interrogantes sobre cómo conjugar la transición verde con la transición justa.
El pasado 16 de septiembre, la justicia, a través del Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) tumbó las tres Zonas de Bajas Emisiones en Madrid –una evolución de Madrid Central, ahora bautizadas como Madrid 360–, que nacieron con el objetivo de reducir la densidad del tráfico y, con ello, las emisiones de una de las ciudades con mayores índices de contaminación de España.
Hasta ahora, las medidas prohibían la entrada de vehículos no empadronados y sin etiqueta o con etiqueta A a todo el municipio y al interior de la M-30. Además, limitaba el acceso a vehículos no empadronados con etiqueta B y C a las conocidas Zonas de Bajas Emisiones de Especial Protección que abarcan el Distrito Centro y Plaza Elíptica, el epicentro de Madrid Central.
La decisión del Tribunal Superior llega en un año que la capital española arrancó enero con otro aire, uno más limpio y saludable: se posicionó, por segunda vez, dentro de los límites europeos de dióxido de nitrógeno (NO2). La sentencia, sin embargo, considera que, a pesar del logro, «no se tuvo en cuenta la situación de autónomos, microempresas y pymes con menor capacidad económica para la renovación del vehículo» que exigen las limitaciones actuales.
El futuro de las ZBE
Es importante destacar que, en el caso de Madrid, la desactivación no va a ocurrir de un día para otro. De hecho, las restricciones siguen vigentes porque la sentencia aún no es firme y puede ser recurrida por el Ayuntamiento. Además, en ningún caso, ha afirmado el consistorio, se van a anular las multas ya impuestas por incumplir la normativa de Madrid 360.
No es la primera ZBE que se intenta eliminar: a finales de 2023, la justicia ya anuló la de Barcelona, activada después de que la ciudad declarara en 2020 la emergencia climática e implantara una de las zonas de este tipo más ambiciosas de Europa dentro de su Plan de Clima, activo desde 2018. Finalmente, la decisión no surtió efecto porque la ciudad condal aprobó otra ordenanza para adaptarse a la sentencia, que esta vez argumentaba que los más perjudicados por una restricción basada en la antigüedad de los coches son las rentas bajas o profesionales que no se pueden permitir cambiar su furgoneta.
Los procesos judiciales abiertos en dos de las ciudades más contaminadas de España han avivado el debate sobre las Zonas de Bajas Emisiones. Uno que en realidad existe desde su creación: la Ley del Cambio Climático exige activar este tipo de áreas en todas las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes. ¿Cómo van a adaptarse los consistorios para seguir impulsando municipios más limpios?
No existe una respuesta –por el momento– más allá de los ajustes que tanto Madrid como Barcelona pueden considerar aplicar para intentar sortear las sentencias. De momento, la página del Ayuntamiento de Madrid sigue afirmando que hasta el 31 de diciembre de 2024 podrán acceder a las ZBE camiones, furgonetas, motocicletas y ciclomotores con calificación A, pero a partir del 1 de enero de 2025 desaparecen de la lista.
Lo que sí ha hecho este debate es evidenciar la dificultad para llevar a cabo una transición ecológica justa con todos los habitantes urbanos. Y es que los principales defensores de las decisiones judiciales insisten en que existe un agravio comparativo entre las ciudades obligadas a implementar esta medida ya que, al estar la legislación en la mano de los Ayuntamientos, los niveles de exigencias pueden ser muy distintos entre unas localidades y otra. Y a eso se suma que cada una de ellas lleva su propio ritmo de aplicación.
Así, por ejemplo, Madrid, Barcelona y Pontevedra ya tenían implantadas las zonas antes de la legislación de 2023. Otras, como Sevilla, Córdoba, A Coruña, Badalona, Pamplona, Zaragoza, Estepona o La Línea de la Concepción las han habilitado, cada una con sus respectivas medidas. Por ejemplo, a Sevilla pueden acceder los vehículos con distintivo 0, ECO, B o C y están exentos de restricciones los vehículos de transporte de mercancías de hasta 12.000 kg sin autorización, mientras que los de mayor peso pueden acceder también si la Dirección General de Movilidad lo permite.
En Pamplona, sin embargo, la zona está habilitada sin limitación de entrada por etiquetas ambientales. Simplemente, solo pueden entrar vecinos y vehículos de reparto. Por otro lado, hay más de una veintena de ciudades que todavía están tramitando estas áreas, tal y como demuestra el mapa en vivo habilitado por el Ministerio para la Transición Ecológica. Entre los municipios que todavía tienen pendiente activar la tramitación destacan, por ejemplo, Mijas o Ferrol.
Para intentar desenredar este ovillo que amenaza con aumentar nuevamente las emisiones en las principales ciudades de España, algunas organizaciones expertas en movilidad han hecho sus propias propuestas a los dirigentes. Por ejemplo, desde Ecodes lo resumen en siete pasos clave:
- 1.Definir claramente los objetivos, la(s) zona(s), el alcance y los plazos en el momento exacto en el que se diseñan las ZBE.
- 1.Comunicar con suficiente antelación e implicar a la ciudadanía, sociedad civil y a las empresas en el proceso.
- 1.Garantizar una aplicación efectiva y justa.
- 1.Poner en marcha medidas complementarias para promover alternativas como la movilidad activa y el transporte público y compartido.
- 1.Proporcionar apoyo financiero específico a los grupos más vulnerables (por ejemplo, los hogares con bajos ingresos) y, cuando sea necesario, a determinadas organizaciones o empresas locales.
- 1.Monitorizar los efectos.
Establecer un calendario vinculante y progresivo para la transición total a una Zona de Cero Emisiones (ZCE) antes de 2030.
A la espera de ver cómo avanza la jurisprudencia, siempre se puede empezar por tomar ejemplo de las tendencias en ciudades europeas con amplio reconocimiento, como Ámsterdam, Londres, París o Amsterdam, seleccionadas para la Misión de la Unión Europea para Ciudades Inteligentes y Climáticamente Neutras como puntos de investigación e innovación para abordar la movilidad limpia. Un compromiso en el que, de hecho, también están Madrid y Barcelona junto a Valladolid, Vitoria, Zaragoza, Valencia y Sevilla.
